lunes, 26 de julio de 2010

Hank Snow

Cuando es de noche, el viaje dura 26 minutos. Una vez ahí, arriba, desde el puente, se puede ver la torre encendida, una pista de aterrizaje de ovnis y de seres de otras dimensiones, adornada con luces rojas y verdes. Adentro hay unos tipos que vienen desde Venus a tomar un vaso de ginebra. El piso del bar gira y nosotros giramos con él, entonces, uno puede mirar desde allí la ciudad entera; de fondo, mientras tanto, en la gramola suena esta canción de Hank Snow:

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