Lo que me gusta de las rancheras mexicanas es que a pesar de tener letras muy tristes, suenan muy divertidas y alegres y le dan a uno ganas de cantar.
Asi estoy, tomando un té en la sobremesa, afuera cantan las cigarras y los pajarillos y de fondo suena el Dueto Rio Bravo.
Espero que lo disfruten tanto como yo.
1 comentario:
Buenísimo, en un ciber, sin naturaleza a la vista pero disfrutado igual!
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