La melancolía y la tristeza son ya el comienzo de la duda; la duda, el comienzo de la desesperación; la desesperación, el comienzo cruel de los diversos grados de maldad. La pendiente es fatal, una vez que alguien se empeña en ella. Llegar a la maldad es seguro. Desconfiad de la pendiente. Extirpad de raíz el mal.
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