martes, 12 de octubre de 2010

Claude Hopkins

Ahora que puse una enredadera en mi ventana, el sol que entra por la tarde ya no me molesta y puedo tirarme en la cama, abajo de la ventana, viendo como se mueven las cortinas y sintiendo el viento fresco que suele haber a la hora en que estoy de vuelta en casa...





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